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Introducción

Desde los años 80, Nicaragua y Panamá, siendo todavía distritos pertenecientes a sus respectivas provincias, recibían los estudiantes de otros países para una experiencia PFT. Al evaluar estas experiencias nos dimos cuenta que han sido enriquecedoras, tanto para los seminaristas y hermanos verbitas en el discernimiento de su vocación y perfil misionero, como para la comunidad SVD. Iniciando la nueva Región Centroamericana en el año 2005, estamos viendo la necesidad de seguir con esta práctica de la Congregación como un elemento importante del proceso formativo de los estudiantes verbitas que incide positivamente también en la dinámica y el desarrollo de la CAM.

Por esta razón, a nivel de los distritos y de la región, estamos elaborando el nuevo programa de la formación transcultural sistematizando diversos aspectos prácticos que sirvan al éxito de una experiencia PFT en nuestra realidad centroamericana.

I. PLANTEAMIENTO DE PRINCIPIOS

1. Provincia / región que envía

Hay que considerar la experiencia PFT como una parte importante en la etapa de formación y de experiencia misionera de los estudiantes verbitas. Los ejes fundamentales de esta etapa son: una cultura diferente, la comunidad local verbita, la convivencia en la comunidad y el compartir de una misma misión dentro de las dimensiones características y el carisma misionero de la SVD.

Es importante señalar que el PFT no es una etapa para resolver problemas personales conocidos de antemano, deshacerse de los casos difíciles o para probar una vocación dudosa en el formando. La provincia que envía debe informar sobre las expectativas, talentos y otras inquietudes del estudiante.

 

2. El estudiante PFT

El estudiante lleva la principal responsabilidad por el éxito de su propia experiencia PFT. Tiene la siguiente responsabilidad de:

• Aprender

El trabajo misionero, especialmente cuando se lleva a cabo en una cultura ajena a la suya, se requiere una capacidad enorme de aprendizaje. Por eso, el estudiante de PFT debe aplicarse con diligencia al aprendizaje de la lengua y la nueva cultura. Siempre hay que tener en cuenta que este proceso exige paciencia, un esfuerzo para escuchar y una disponibilidad a adaptarse de las realidades, exigencias e incomodidades de la nueva cultura.

• Participar

La práctica PFT da oportunidad al estudiante de probar en la práctica algunas de sus ideas acerca de la vida transcultural y acerca de un ministerio eclesial. La experiencia práctica puede estimular una mayor madurez en estas mismas ideas. Se espera que el formando aportare con sus dones y talentos en las obras que la Congregación realiza en la nueva Región Centroamericana y dentro de la comunidad y su coordinación, demuestre la disponibilidad de colaborar en todos los trabajos que el equipo pastoral lleva a cabo.

• Reflexionar

En la experiencia de vivir en una cultura ajena es sumamente importante seguir con un la reflexión de la nueva realidad religiosa, cultural, política, social y espiritual. Se recomienda llevar una especie de diario privado para apuntar y evaluar las experiencias notables. Además se exige mantener un contacto adecuado con el director espiritual.

• Rezar

La experiencia PFT pone al estudiante frente al reto de descubrir la presencia de Dios en un nuevo contexto cultural y religioso. La oración es el seno de este descubrimiento y de todo trabajo pastoral.

• Evaluar

Se necesita seguir periódicamente con las evaluaciones que dejan espacio para que el estudiante haga ajustes en su camino y pueda aprovechar mejor el tiempo recibido.

 

3. Región CAM que recibe

El estudiante del PFT viene a hacer una experiencia de vida religiosa en una comunidad SVD – que en lo concreto vive y trabaja – y para conocer un pueblo diferente. No puede ser tratado como un “semi-sacerdote” ó una persona que viene a llenar vacíos de personal en la región o en la pastoral. Se entiende que el formando viene al PFT para aprender sirviendo y desarrollando su vocación misionera y religiosa. No sólo viene a recibir, sino también a dar. Se trata de un estudiante o hermano verbita quien realiza esta experiencia como parte de su juniorado, quien pasa una nueva etapa de su vida y quien viene para formarse. Se entiende que el cohermano PFT está en una etapa de auto-formación y hay que acompañarle adecuadamente. La región debe organizar dicho acompañamiento en varios niveles: en lo espiritual, al nivel de la comunidad verbita local, y en cuanto a la formación intelectual y la reflexión de la práctica que realiza.

La Región Centroamericana puede acoger al mismo tiempo cuatro cohermanos verbitas para esta experiencia PFT.

 

II. OBJETIVOS PARTICULARES DE LA EXPERIENCIA PFT

1. Animar al estudiante a formular su identidad verbita alrededor de la experiencia transcultural. Este implica la capacidad de percibir la presencia de Dios en el otro, que «el otro» sea sacramento de Dios para el estudiante y también que el estudiante sea sacramento de Dios para el otro.

2. Ayudar al estudiante a enfocar su identidad como ministro en ser Verbita-misionero-religioso. Esta es todavía más importante para los estudiantes en preparación para el sacerdocio porque así no se reduce el ministerio al sacerdocio.

3. Asistir al estudiante a escuchar-observar-esperar antes de trabajar. Toda vez que el estudiante se encuentra fuera de su propio contexto cultural, es esencial que él aprenda esta actitud de escucha antes de lanzarse en actividades.

4. Acompañar al estudiante en su experiencia de vivir en una comunidad transcultural. La experiencia PFT proporcionará al estudiante una oportunidad más fuerte de vivir en una comunidad multicultural. El aprender trabajar en equipos pastorales multiculturales es un aspecto esencial de nuestra vida comunitaria como verbitas.

5. Apoyar al estudiante en su reflexión sobre su vida como misionero. La esencia del PFT no es el trabajo pastoral, aunque éste sea indispensable. La esencia del PFT es la reflexión sobre la experiencia de trabajar en un contexto transcultural.

6. Introducir a nuestros formandos en el cuádruple diálogo profético de la SVD de una manera práctica y concreta.

 

III. PASOS DE REALIZACIÓN

1. Antes de la llegada

Antes de que el estudiante salga de su país, comienza a prepararse para esta experiencia. Esto consiste, por un lado, en un estudio del programa de la experiencia transcultural que se envía al interesado que exprese su deseo de hacer su PFT en la CAM. Se recomienda también que el estudiante trate de adquirir un primer conocimiento sobre la realidad de los países que integran la Región Centroamericana; Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

 

En lo posible, el cohermano interesado tratará de familiarizarse con literatura básica sobre cultura y antropología de los mismos países. Los temas que son muy importantes en este aspecto serán los siguientes: conciencia de la propia cultura, cómo reconocer la cultura de una persona, la importancia de cultura dentro de la vida personal y comunitaria. Para tal efecto, la provincia que envía al estudiante podrá organizar cursos o talleres de preparación, especialmente si son varios candidatos que salen para esta experiencia.

Parte de esta preparación para la experiencia, es la elaboración de un proyecto personal para este tiempo. Este proyecto contemplará los desafíos en el ámbito personal que se propone el seminarista ó hermano, las expectativas, las esperanzas y temores que tenga. Es obvio que este proyecto puede quedar muy diferente de lo que se pueda realizar en la situación concreta y viendo las posibilidades. Es importante también que se tenga expectativas metas y desafíos personales al iniciar el programa, aunque se trate de un proyecto personal flexible, no acabado, pero igualmente realista desde el punto de vista del momento de la elaboración. Este proyecto será el punto de partida para el acompañamiento por parte del encargado del programa así como el acompañante.

La provincia que envía prepara los documentos de viaje y se encarga de preparar al candidato en cuanto el idioma, para que ya tenga algunas bases antes de llegar al país asignado de la región. Al mismo tiempo en la Región Centroamericana, el regional, los superiores del los distritos y el director del programa, después de dialogar con los miembros de las comunidades SVD, escogen el lugar que puede brindar servir al estudiante para su experiencia transcultural. Se escogerá una comunidad que disponga de una persona para acompañar más de cerca el joven, y al mismo tiempo, el trabajo pastoral, las condiciones y el estilo de vida verbita, le ayudarían en su crecimiento espiritual, vocacional y compromiso misionero.

 

Al conocer el lugar (el país) donde estará el estudiante PFT en su primera etapa, se iniciarán los trámites migratorios. Los superiores de la provincia que envía deben comunicarse con el regional de la CAM para recibir la información sobre las exigencias migratorias del país e iniciar los arreglos de los documentos necesarios.

 

2. El inicio de la Experiencia

A su llegada, el estudiante recibe una cordial bienvenida de parte del regional u otro miembro del consejo regional junto con el responsable del programa PFT.

Como es una experiencia y cultura nueva para el joven, habrá que dejarle un espacio libre de dos semanas que puede utilizar para familiarizarse con el país y el ambiente, antes de entrar en la parte más formal del programa. Los que no manejan el idioma tendrán que entrar en un curso de idioma para adquirir los suficientes conocimientos de español.

 

Después de manejar suficientemente el idioma, el joven comienza una etapa de introducción en la cultura del país donde esté y en las orientaciones y preocupaciones de la región. Se recomienda un curso intensivo de un mes por lo menos. Durante este curso se puede incluir también las visitas y viajes a los lugares destacables para la historia y cultura del país.

También es importante y recomendable que el estudiante haga una gira por las diferentes comunidades SVD y lugares de trabajo de la CAM, para conocer mejor el ambiente de la realidad centroamericana.

 

3. Durante la Experiencia de OTP / PFT

Después del curso de idioma y cultura, el estudiante entra en una fase de acompañamiento durante el resto del tiempo del PFT a manera de formación permanente participando en las reuniones de la comunidad en todos los niveles: asambleas, retiros,

capítulos, cursos de la formación, y de descanso.

Durante el tiempo del PFT, periódicamente se hacen las evaluaciones de acuerdo a un esquema que se utiliza en la CAM. La experiencia del PFT dura dos ó tres años en el país, según el acuerdo con la provincia que envió al candidato. Después del tiempo de introducción debe haber un bloque más extenso como un año y medio, se supone en una comunidad y experiencia concreta. Al final del programa, el estudiante puede optar – de acuerdo con el director de PFT, el acompañante y el regional – por una experiencia más corta de unos meses en otro ambiente, dentro de la misma región.

 

4. Después de la Experiencia

Al volver a la provincia de origen, será muy importante que se organice un programa de la reinserción para que el estudiante pueda volver a su propia cultura, trabajar las experiencias hechas en otra cultura y sacar más provecho de esta experiencia. Será también un tiempo para ver que puede aportar a su propia cultura de lo visto y vivido en otro espacio y ambiente cultural. Será también un tiempo – y una necesidad – para retomar puntos que se hayan visto como deficientes o dignos de trabajar en cuanto la madurez personal, afectiva, espiritual, sicológica de manera que el joven avance en su camino en el seguimiento a Jesús.

 

IV. PERSONAL INVOLUCRADO

1. El Superior Regional

El regional de la CAM es el primer responsable por el proceso formativo de PFT. Junto con su Consejo debe preocuparse por el cumplimiento del Programa Regional de OTP, conocer al estudiante y encontrar el tiempo para platicar y conocer sus inquietudes a lo largo de su experiencia transcultural.

 

2. Director / orientador del Programa

Se designa a un director encargado del programa PFT que debe tener la suficiente autoridad y respaldo de la región para asegurar el seguimiento del programa planteado y poder actuar en caso de algún conflicto.

El director es la persona de contacto para los estudiantes, los acompañantes, los formadores y todos los que tienen que ver con el programa. Se ve su función en ser puente. Para esto, debería ser alguien que dispone de tiempo necesario para estar con los jóvenes que hacen la experiencia transcultural. Una parte importante de su función es encontrarse con los acompañantes en las comunidades de trabajo y misión. Esto lo puede hacer en sus visitas y contactos regulares que tiene con los estudiantes en sus comunidades respectivas.

El director tiene que preocuparse para que el joven tenga un acompañamiento espiritual. Esto no excluye la posibilidad que el cohermano en PFT busque su confesor y director espiritual que le plazca, pero el director tiene que asegurar que esté al tanto del progreso y caminar espiritual del cohermano que se nos ha confiado. Se trata de darse cuenta del bienestar – espiritual y vital – del joven en vida religiosa. Se necesita un acompañamiento personal.

Otro deber de orientador de PFT es preocuparse por la inserción cultural y el curso de idioma de los estudiantes. De igual manera, tiene que asegurar espacios que éstos deben tener para desarrollar una dinámica de su propio grupo, evaluar, planificar, divertirse, expresarse y desarrollar sus propias iniciativas.

El director también debe intermediar en casos que haya problemas y conflictos entre el estudiante y la comunidad y o su trabajo. La designación del director / orientador no resta importancia y responsabilidad del regional, su consejo, el procurador misional, y los encargados de la formación en la región.

 

3. El Responsable en la Comunidad SVD

En la comunidad en la que vive el estudiante, debe haber un compañero responsable por él y le ayude crecer en su vocación religiosa y misionera. Si el joven se encuentra en una parroquia su responsable inmediato es el párroco que debe estar enterado del programa elaborado, que esté dispuesto a colaborar en los términos planteados, y que entre a formar parte de la Comisión Regional de la Formación acompañando la experiencia PFT del seminarista ó hermano y el programa PFT. Este cohermano se preocupará también que haya una variedad saludable de experiencias y trabajos y que éstos se evalúan. Además es responsable que la experiencia del PFT sea vivida desde un punto de vista de vida religiosa (aspectos de oración, vida comunitaria, seguimiento a Jesús, y crecimiento espiritual). Él asegura también al nivel de la comunidad que el estudiante reciba ayuda para sus necesidades materiales (dinero de bolsillo) y tenga tiempo suficiente para leer y descansar.

 

V. LA REFLEXIÓN

El director del programa PFT es el encargado por la formación del estudiante, la reflexión de su praxis y su experiencia transcultural. Este seguimiento y la reflexión se refieren a algo como la formación permanente del estudiante. Para ello, se organizan, cada tres meses, encuentros, talleres y evaluaciones. El director de PFT debería preocuparse por el funcionamiento de estas evaluaciones.

Estos encuentros ofrecerán también la posibilidad de profundizar temas de actualidad y de dificultad para el estudiante. También en las planificaciones de la comunidad donde se recibe al joven, y en su propio proyecto, estos espacios de formación (cursos, encuentros, reuniones, etc.) tienen preferencia frente compromisos netamente de trabajo. Los espacios para estas reuniones se organizan entre el director de PFT, el compañero responsable y el estudiante. El encargado del acompañamiento debería sugerir y acompañar también otras experiencias, como podrían ser: cursos, retiros que se dan al nivel de las Conferencias de Religiosos u otros.

 

Esquema de Evaluaciones

1. Al nivel de la comunidad SVD : una vez al mes y en el caso de la necesidad.

El cohermano responsable en la comunidad SVD debe preocuparse por estas evaluaciones, las que pueden hacerse informalmente, pero cumplidas. En este nivel se debería evaluar la integración del estudiante en la vida de la comunidad, en el trabajo de la comunidad. También tienen que animar, corregir y fortalecer al joven cohermano en su proceso de PFT.

 

2. Con el director del programa PFT : cada tres meses.

Aquí se topan las evaluaciones a nivel de la comunidad y el caminar del estudiante más en lo personal. Se tratan también sus deseos, dificultades, conflictos, y lo espiritual (como se menciona arriba). Parte importante de estas evaluaciones será el seguimiento del proyecto personal que el joven ha traído de su provincia de origen y sigue elaborando. Es necesario prepara los temas de formación para estos encuentros.

 

3. Con el Equipo Regional de la Formación : tres veces durante la experiencia PFT.

Cada siete / ocho meses el estudiante presentará por escrito al director de PFT y la Comisión Regional de Formación la evaluación de su experiencia PFT a base de cuatro puntos:

Vida espiri tual

Oración personal
Dirección espiritual
Participación en la Eucaristía, en la oración comunitaria y la oración del pueblo
Desarrollo emocional
Vida afectiva y relaciones
Vivencia de los votos

 

Vida comunitaria

Identificación con la SVD y el sentimiento de la pertenencia a la Congregación
Integración con los cohermanos de la comunidad
Trabajo en equipo
Cooperación en las actividades comunitarias
Simplicidad en el estilo de vida
Corrección fraterna

 

Vida académica

Adaptación cultural
Participación en la religiosidad del pueblo
Lectura privada
Cursos de idioma, cultura, teología

 

Vida apostólica

Compromiso con los trabajos pastorales
Iniciativa y capacidad de organización
Diario de las experiencias apostólicas
Asistencia a reuniones pastorales de la Iglesia local
Trabajo pastoral y los votos
Apertura a salir al pueblo y relacionarse con él

 

4. Al finalizar cada experiencia.

Esta evaluación se hace en casos que haya dos diferentes tipos de experiencias, por ejemplo en las distintas parroquias o dos países con diferentes realidades. El estudiante hace la evaluación de su experiencia con el director del programa. Igualmente la hace su párroco u otro compañero responsable de la comunidad SVD. Estas evaluaciones se complementan e integran para llegar finalmente a una evaluación global de la experiencia.

 

5. Al finalizar la experiencia PFT.

Al terminar el tiempo de PFT se hará una evaluación general de la experiencia del estudiante y del programa propuesto. Participan el regional, los miembros de la Comisión Regional de Formación y los estudiantes quienes preparan por escrito la evaluación final de toda su experiencia transcultural. De esta evaluación del equipo también se mandará informes a la provincia que ha enviado al joven y a los superiores competentes.

 

VI. ECONOMÍA

1. La Región Centroamericana SVD en el periodo del inicio de la experiencia de un PFT (estudio de la lengua y cultura) corre con los gastos su alimentación, alojamiento, gastos personales.

2. Durante la etapa de trabajo pastoral, las parroquia y casas SVD asumirán los gastos del estudiante de PFT: alimentación, alojamiento, dinero de bolsillo, viajes, ropa-calzado, formación.

3. La provincia que envía corre con los gastos siguientes:

Boleto de ida y vuelta.
Colegiaturas, material y actividades escolares para el estudio del idioma y cultura.
Documentos migratorios.
Seguro de gastos médicos mayores y gastos de dentista, oculista, etc.
Gastos extraordinarios.

 

4. Puede haber arreglos particulares entre las provincias.

5. Los pagos correspondientes se harán por las Oficinas misionales de Techny (USA) o San Agustín (Alemania).

 

Conclusión

Como lo presentan las Constituciones SVD (Const 515.3) la experiencia en diferente ambiente cultural es importante en el camino de un verbita. Por esta razón la Región Centroamericana, dentro de sus limitaciones, quiere aportar para que algunos seminaristas y hermanos de otras provincias puedan consolidarse en su seguimiento a Jesús, el Verbo Encarnada en nuestra cultura de Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

 

Dicho programa es presentado como guía para la vivencia SVD y será todavía analizado y finalmente aprobado por la nueva Comisión de Formación de la CAM y el Superior Regional con su Consejo.

Managua – Panamá City, 25 de mayo de 2005

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