El 29 de junio de 2024, el Pueblo Tabogano se vistió de gala para celebrar el quincuagésimo centenario de su fundación (500 años). Esta celebración se celebró juntos con la Fiesta de San Pedro Apóstol. La conmemoración de medio milenio de historia y la festividad en honor al santo patrón del pueblo se fusionaron en un día lleno de fe, tradición y alegría. La celebración se desarrolló en tres actividades principales que capturaron la esencia y el espíritu de esta comunidad insular.
Procesión Acuática
La jornada festiva comenzó a las 9:30 am con una impresionante procesión acuática. Más de 20 lanchas decoradas con flores, banderas y otros adornos coloridos se congregaron en el muelle principal. La procesión, liderada por una lancha especialmente preparada para transportar la imagen de San Pedro, el obispo, el párroco y el vicario, navegó por las aguas circundantes de Taboga. El espectáculo era una mezcla vibrante de fe y celebración, con los feligreses cantando himnos y rezando mientras sus embarcaciones se movían al ritmo de las olas. Esta procesión simbolizaba la conexión del pueblo con el mar y su dependencia histórica de sus recursos.
Santa Eucaristía
A las 5:00 pm, la comunidad se reunió frente al templo parroquial para la solemne Santa Eucaristía. Este servicio religioso, realizado al aire libre, transformó el frente de la iglesia en un altar bajo el cielo. Presidida por el Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, la misa contó con la participación de cuatro sacerdotes (Pe. José Zapolski, Pe. Un Berek, Pe. Miguel Malik y Pe. Bau Nguyen), dos diáconos, Fernando y Genoy, cuatro seminaristas: dos seminaristas del Verbo Divino y dos seminaristas del Seminario Mayor San José. La amplia misa, repleta de simbolismo y espiritualidad, fue un momento de profunda reflexión y gratitud. Los fieles, reunidos en masa, llenaron el ambiente con sus cantos y oraciones, creando una atmósfera de devoción y unidad.
Procesión Terrestre
A las 8:00 pm, al caer la noche, se llevó a cabo la procesión terrestre con la imagen de San Pedro. Los feligreses, portando velas encendidas y entonando himnos, recorrieron las calles del pueblo. Esta procesión iluminada por las velas simbolizaba la guía y protección del santo sobre la comunidad. La atmósfera estaba cargada de una mezcla de devoción, alegría y camaradería, mientras las luces de las velas brillaban en la oscuridad, reflejando la fe y esperanza de los habitantes de Taboga.
La celebración de los 500 años de la Fundación del Pueblo Tabogano fue mucho más que un simple aniversario. Fue un homenaje a una historia rica y vibrante, una reafirmación de la fe comunitaria y una manifestación de la devoción a San Pedro Apóstol. Las actividades de la jornada—la procesión acuática, la misa solemne al aire libre y la procesión terrestre—no solo celebraron el pasado, sino que también fortalecieron los lazos comunitarios y renovaron la esperanza para el futuro. La participación entusiasta de los feligreses, su alegría palpable y su fervor religioso hicieron de este día una experiencia inolvidable, marcando un hito significativo en la historia del pueblo de Taboga.
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