Los sacerdotes cumplen su misión principalmente a través de la administración de los Sacramentos como la Eucaristía y la Confesión, mientras que un hermano lo hace por medio de su profesión o habilidades trabajando como por ejemplo de mecánico o enfermero.
Esto es debido a que al sacerdote se le exige que vaya más allá de sus estudios filosóficos y teológicos; un hermano puede escoger cursos que vayan de acuerdo a sus intereses y sean acordes con las actividades de la misión de la Sociedad del Verbo Divino.
Al igual que cualquier hermano de otra congregación religiosa, un Hermano SVD está llamado a poner el Evangelio en acción. Su llamado constante es para ser un “testimonio” del Evangelio; se compromete con la Misión a través de su profesión o habilidades. En palabras de San Agustín podemos resumir la misión de un hermano: “Como tú, soy un ser humano; contigo soy un Cristiano y por Ti soy un hermano”.
Hoy se necesita los seguidores que llevarán adelante su Misión y lucharán por un mundo mejor.
Jesús tiene muchos espectadores y admiradores, pero le hacen falta los apóstoles, misioneros, los que pongan en práctica sus Palabras.